El Mause o ratón es uno de esos periféricos que, como la pantalla o el teclado, han cambiado el modo en el que nos relacionamos con el ordenador. Hoy se cumplen 40 años desde que el equipo de investigadores que ideó este dispositivo revelase su existencia en la Fall Joint Computer Conference de San Francisco, ante un auditorio de más de 1,000 personas.
Los responsables del invento fueron 20 ingenieros liderados por Douglas Engelbart, que con su creación permitieron que los usuarios de ordenadores diesen un descanso al teclado, e hicieron posibles interfaces gráficos en los que moverse pulsando teclas es mucho más complicado que desplazar la mano por la mesa sujetando este pequeño aparato.
La investigación que permitió crear el primer ratón se prolongó durante 6 años hasta desembocar en la presentación de San Francisco en 1968. Ese dispositivo original no tenía bola, ni mucho menos un sensor óptico. Para detectar el movimiento utilizaba dos discos dispuestos de forma perpendicular, en la parte del aparato que se apoya contra la mesa.
Pese al impacto que causó la presentación de este dispositivo, el ratón no triunfó entre el gran público hasta 1984, cuando Apple lanzó el Machintosh. Para entonces la patente de Englebart y su equipo ya no tenía efecto, por lo que ni él ni su equipo recibieron nunca compensación económica alguna.
Evolución tecnológica
Desde que se inventó hace cuatro décadas, el ratón ha pasado a estar presente en todos los ordenadores, y ha vivido varias evoluciones tecnológicas. En primer lugar, se integró en el dispositivo una pequeña esfera, que es la que toca la superficie de la mesa.
Dos rodillos dispuestos de forma perpendicular, como en el modelo original, detectan el movimiento de la bola, permitiendo dibujar de forma más precisa las diagonales. Pero el uso de esa esfera y los rodillos tiene un inconveniente: la suciedad que acumula. Esta obliga al usuario a sacar la pelotita cada cierto tiempo para realizar una limpieza.
Por este y otros motivos se desarrollaron los ratones ópticos, que además de no sufrir tanto con el polvo pueden proporcionar más precisión para tareas que lo necesiten. Tienen otros problemas, como los fallos que registran al ser usados sobre superficies de cristal.
Posibles sustitutos
Pero, pese a su evolución, el ratón se encuentra en riesgo ante la pujanza de nuevas tecnologías, que, pese a no ser mayoritarias, pueden disputarle el puesto en el futuro. El usuario doméstico cuenta con varias alternativas como la tableta gráfica, el “touchpad” de los ordenadores portátiles, el “trackball” o el “pointing stick”, presente dentro del teclado de algunos portátiles, además de las pantallas táctiles que se extienden poco a poco.
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